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Salud bucodental
06/09/2016
Una boca sana nos permite consumir los alimentos que el cuerpo necesita y, además, nos hace sentir bien al sonreír o hablar.
Hay que tener en cuenta que los dientes, una vez cambiados, son de por vida, por eso es importante cuidarlos.
Para mantener una boca sana es necesario tener una buena higiene bucal, ya que la falta de ésta podría derivar en enfermedades graves o empeorar otras ya existentes.
Los problemas y enfermedades orales más frecuentes a causa de una higiene bucal incorrecta o insuficiente son:
- formación de placa bacteriana
- formación de sarro (“sarro”)
- halitosis o mal aliento
- caries
- gingivitis
- periodontitis
Para mantener una boca sana y tener una buena higiene bucal es necesario:
- Realizar un cepillado correcto después de cada comida o ingesta de bebidas o alimentos. Mínimo dos veces al día (mañana y noche), siendo el más importante el de después de la cena o la última ingesta antes de ir a dormir. el tiempo del cepillado, que debería ser de unos 2-3 minutos.
- Limpiar la lengua adecuadamente, ya que acumula gran cantidad de bacterias. Se pueden utilizar unos raspadores especiales o con el mismo cepillo. Se debe limpiar desde la parte posterior a la parte anterior. Se recomienda hacerlo mínimo dos veces al día, una cuando nos levantamos de dormir, antes de comer o beber.

- Limpiar los espacios interdentales con hilo dental y, si es necesario, con cepillos interproximales, previniendo así la formación de caries interdentales y la acumulación de placa bacteriana en espacios a los que el cepillo normal no llega. una vez al día, utilizando una parte diferente y limpia para cada espacio.


- Visitar al dentista, al menos, una vez al año para evaluar el estado de la salud bucal y realizar, si hace falta, una higiene bucal en la clínica.
Hay que tener en cuenta que hay una serie de síntomas que deben ponernos en alerta y pedir cita a nuestro dentista para un correcto diagnóstico al detectarlos, algunos de los más frecuentes son:
- dolor de dientes, encía, dolor mandibular…
- encías hinchadas o con color más oscuro de lo normal
- mal aliento o mal gusto en la boca de forma permanente
- dientes rotos
- llagas bucales persistentes
- coloración distinta en alguna de las piezas dentales
- sangrado de las encías (unas encías sanas NO sangran).
Adelina Mateu, higienista